Tras unos cuantos días de reflexión en frío (nunca mejor dicho) sobre los incendios ocurridos en el occidente de Asturias, en los que los Guardas participamos de manera activa con la activación del plan INFOPA, se pueden sacar las conclusiones sobre la utilidad o no del INFOPA, un plan que ante un determinado riesgo de incendios activa a los Guardas para realizar vigilancias de incendios, algo lógico por un lado, pero ineficaz desde el punto de vista de la prevención, que es el papel que nos toca jugar a los Guardas en los incendios forestales. A la vista de los resultados obtenidos se demuestra que el INFOPA es un plan ineficaz y desfasado.
Porque algo falla cuando la instrucción publicada en el BOPA el 5–VII–2001 contemplaba una revisión anual y desde entonces ni se revisó ni se modificó ni una coma, prorrogándolo año tras año sin adaptarse a las nuevas circunstancias y cambios normativos.
Esta instrucción tiene errores tan importantes como establecer la duración de las guardias de incendios en 8 horas cuando posteriormente la normativa marcó una jornada de 7,5 horas, hacer salir a un Guarda de noche en solitario, incumpliendo las medidas de seguridad e instrucciones varias en nuestro trabajo que obligan para los trabajos nocturnos a ir como mínimos dos Guardas por servicio, hacer que un Guarda desarrolle su guardia fuera de la zona habitual de trabajo, desconociendo por tanto el terreno que pisa, con la consiguiente pérdida de eficacia, tanto en el desarrollo de la guardia como en las posibles ayudas a los medios de extinción. Y lo que es más grave, que hay zonas de Asturias que tienen menos vigilancia con el plan INFOPA activado, que cualquier otro día sin activación.
En este nuevo escenario en el que los únicos protagonistas en los incendios forestales son los Bomberos de Asturias, los Guardas deberíamos enfocar nuestro trabajo a la prevención, que ese si es nuestro principal cometido, entendiéndose por prevención la vigilancia disuasoria y en algunos casos encaminada a la detección de pirómanos. De poco sirve activar unas guardias de incendios cuando Asturias arde por los cuatro costados y en los que el papel del Guarda se limita a avisar al 112 de un fuego aquí, una columna de humo allá y tal como marca la instrucción, seguir con su ronda.
Una nueva instrucción de guardias de incendios debería de ir enfocada, como ya se dijo anteriormente a la prevención, con un sistema de prealertas que active a los Guardas antes de que se produzcan los incendios y antes de que el riesgo sea máximo, estableciendo una organización eficaz y lógica para realizar esa vigilancia con una prioridad máxima por encima de otros trabajos. Porque si el papel de los Guardas es la prevención, a eso nos tenemos que dedicar y no actuar como comodines usados por Bomberos de Asturias en situaciones de escasez de personal en los que entonces sí, nuestra presencia en el incendio es importante como jefes de extinción, para dirigir la cuadrilla de turno porque no hay bomberos suficientes para ejercer ese papel, pero por el contrario somos un estorbo cuando las cosas están controladas, salvo para buscar bocadillos.